Habiéndose explorado cada rincón de todos los continentes, sólo permanecían desafiantes e inaccesibles los dos extremos opuestos de la Tierra. Esos páramos helados, donde la vida resulta casi imposible, se convirtieron en el escenario de una carrera enloquecida de decenas de hombres que querían pasar a la historia. Movidos más por el afán de gloria que por un interés científico, se lanzaron a desafiar las condiciones más extremas, tanto en el Ártico como en la Antártida.
Desde los vikingos a exploradores como Fridtjof Nansen, Robert Peary o Roald Amundsen se lanzaron a la carrera para alcanzar el Polo Norte geográfico, situado justo encima del Paralelo 66 Norte en la latitud exacta de 66º33’52” N, destino final del Reto Pelayo Vida de este 2021.
Hielos flotantes, paisajes invernales, mares bravíos, acantilados infinitos, banquisas, leones marinos, ballenas, aves, vida salvaje. Paisajes grises y heladores que cuando son vencidos por la fuerza del astro sol, muestran un espectáculo cromático de alucinante belleza y brutal energía. Laberínticos pasos entre hielos y icebergs, que sólo pueden ser atravesados durante algunos meses de verano, con su centro de migración de osos polares y en donde miles de ballenas beluga atraviesan sus aguas durante el verano.
El Reto Pelayo Vida 66 Norte contra el cáncer, en su séptima edición, tiene como fin divulgar los beneficios de realizar ejercicio físico durante y después del tratamiento de cáncer navegando en un lugar de la Tierra absolutamente extremo como son las gélidas aguas del Atlántico norte y Ártico.